lunes, 25 de junio de 2012

Discurso de despedida a los alumnos de 6º (junio-2012)


Ha sido muy bonito. Me hubiera gustado poder decir esto cada día de los cuatro años que hemos pasado juntos.

Si no lo hice, fue porque el guión retenía este momento hasta el final para preservar los aprendizajes rituales.

Comprenderéis mejor lo que he sentido, si os leo una cita breve del capítulo XXI de “El Principito”, que dice así:

«Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; así descubriré el precio de la felicidad. Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Por eso es bueno que haya ritos».

Debido al enorme montón de vivencias acumuladas, no es posible -al menos a mí me  resulta complejo- detallar la gratitud que siento.

Resaltaré el trato exquisito y educado que habéis tenido siempre conmigo desde la particular forma de ser de cada cual, tan rica y diversa…

(En este tema, vuestras familias han desempeñado un papel determinante. Muchas gracias).

Lo anterior es más concreto de expresar. Pero, ¿cómo agradecer vuestras risas, vuestro ingenio, o esa gran capacidad de adaptación a lo menos divertido?   

Soy consciente que he sido un privilegiado... Que he tenido la fortuna de disfrutar -en primera fila- de un periodo muy hermoso de vuestra vida. Gracias, pues, por tantas y tantas señales vitales de las que he sido testigo cada día.

Han sido cuatro años magníficos donde ha funcionado todo, porque la química ha sido muy generosa con nosotros. Por eso, en esta clase maravillosa el trabajo ha sido fácil; lo complicado, sencillo. Y el día a día: la realización de una película con todo su encanto.


(Hablando de cine: me será muy difícil olvidar la luz permanente que traíais de casa cada mañana; aunque a vosotros os pareciese que llegabais dormidos). 

Termino. Haber disfrutado de vuestra presencia ha sido todo un lujo; un salario emocional impagable que, allá donde vayáis, y estéis donde estéis, siempre permanecerá en mi memoria, con mi más sincero agradecimiento.

Gracias de corazón…  por todo lo que he recibido de vosotros.

Hasta siempre.
Pepe.