Ayer, en el zoo ocurrió un simulacro inolvidable. El simulacro trataba de una escapada de animales, pero de verdad se fueron. Luís creía que todo iba a salir bien.
- Todos en sus puestos.Cinco,cuatro,tres...
El principió salió bien pero alguien faltaba.
- ¿Marco donde está Agustín?
- ¡Jefe, no está!
- ¿Y qué hacemos ahora?
- Pues no lo se.
- Bueno menos mal que hay público.
- Pero el público no especialista.
- Da igual.
Ellos eligieron a Luis, un chico del público:
- ¿Cómo te llamas?
- Luis.
- Mira, tienes que intentar que no se te escape el orangután.
- Y, ¿cómo lo hago?
- Despistándoles.
- Vale.
Cinco minutos después, salió el orangután. El joven, que era domador, le entretuvo. Sólo quedaba el orangután para encerrar en su hábitat. El mono se puso furioso. Batió a todos los domadores menos a Luis y al resto del público.
- Luis, ¡Coge un plátano y lánzalo!
- ¿A dónde?
- A su jaula; sólo tenemos una oportunidad.
Algunas personas lo pasaron fatal con el simulacro, y otras, sin embargo, genial; en concreto una: Luis.
Mario López
- Todos en sus puestos.Cinco,cuatro,tres...
El principió salió bien pero alguien faltaba.
- ¿Marco donde está Agustín?
- ¡Jefe, no está!
- ¿Y qué hacemos ahora?
- Pues no lo se.
- Bueno menos mal que hay público.
- Pero el público no especialista.
- Da igual.
Ellos eligieron a Luis, un chico del público:
- ¿Cómo te llamas?
- Luis.
- Mira, tienes que intentar que no se te escape el orangután.
- Y, ¿cómo lo hago?
- Despistándoles.
- Vale.
Cinco minutos después, salió el orangután. El joven, que era domador, le entretuvo. Sólo quedaba el orangután para encerrar en su hábitat. El mono se puso furioso. Batió a todos los domadores menos a Luis y al resto del público.
- Luis, ¡Coge un plátano y lánzalo!
- ¿A dónde?
- A su jaula; sólo tenemos una oportunidad.
Algunas personas lo pasaron fatal con el simulacro, y otras, sin embargo, genial; en concreto una: Luis.
Mario López