Cuando oí ese grito me aterroricé, ¡era espantoso! Al rato, escuche otro grito igual pero este era más grave. Toda la noche estuvo dando gritos. A la mañana siguiente, los vecinos se reunieron, ellos hicieron un plan: estar despiertos pero en sus habitaciones, cuando suene ese grito por primera vez saliéramos de nuestras habitaciones.
Así fue, salieron a la calle y descubrieron quien era: ¡era un loro! Estaba diciendo hola, pero como no lo hacían ni caso decidió gritar más fuerte y más grave.
Mario López
Nivel 5