Un día de verano, mi abuelo, mi abuela, mi hermana y yo, fuimos a la playa de Castellón de la Plana. Al llegar allí pusimos la sombrilla y las sillas, y mi abuelo y yo nos fuimos a las rocas. Cuando llegamos cogí la red y me puse a pescar con mi truco , que es restregar las rocas con mi red para coger peces rata. Vi a unos señores que estaban pescando algo y me acerqué, pude ver que intentaban coger un pulpo y observé como lo hacían . Mi abuelo les quiso ayudar a cogerlo, pero cuando él lo tuvo entre manos lo soltó porque aún era muy pequeño, después soltamos a los peces que habíamos cogido para que crecieran , pero las nécoras no porque mi abuelo se las comería. Ese día fue genial, aunque la pena fue lo del pulpo.
David Vela Jurado 5º
Me ha gustado. A la orilla del mar se tejen muchas historias. Hay multitud de anécdotas a caballo de cada ola deseando salir a la arena. Lánzate a escribir, ya ves que tienes madera para ello.
ResponderEliminarTe paso el relato corregido:
Un día de verano, mi abuelo, mi abuela, mi hermana y yo fuimos a la playa de Castellón de la Plana. Al llegar allí, pusimos la sombrilla y las sillas, y mi abuelo y yo nos fuimos a las rocas. Cuando llegamos, cogí la red y me puse a pescar con mi truco preferido, que es restregar las rocas con mi red para coger peces rata.
Vi a unos señores a lo lejos que estaban pescando algo. Me acerqué y pude ver cómo intentaban coger un pulpo. Durante un rato, estuve observando cómo lo hacían. Mi abuelo les quiso ayudar a cogerlo; pero cuando lo tuvo entre sus manos, lo soltó porque aún era muy pequeño. Después devolvimos al mar a los peces que habíamos cogido para que crecieran. Las nécoras, no; que a mi abuelo le gusta comérselas. Ese día fue genial, aunque la pena fue lo del pulpo.