jueves, 10 de marzo de 2011

EL CULTIVO INESPERADO

En uno de mis viajes por Holanda, quede fascinada con los tremendos mercados de flores, lo que más me llamó la atención fue la variedad de tulipanes, los había de múltiples colores.
Lo que me llevó a tener curiosidad de cómo los cultivaban, al día siguiente decidí ir a un campo de cultivo, había mucha gente, todos muy abrigados por la humedad y el frío, las mujeres iban con pañuelos y sombreros, y los hombres solo con sombrero. En una mano llevaban una tijera y con la otra recogía la flor, cuando la cortaba a ras de suelo dejando el tallo largo. Todos los tulipanes eran blancos, lo que me extraño pues en el mercado los había de muchos colores. Los tulipanes los metían en canastos de mimbre y los llevaban a una nave, lo que provoco mi curiosidad por saber lo que había dentro, cuando me disponía a entrar en la nave vi en la puerta un enorme contenedor lleno de botes de temperas vacios y muchos pinceles con pocos pelos y de múltiples colores. Una vez dentro mi sorpresa fue inmensa, pues había tanta gente como en el campo pero pintando los pétalos de los tulipanes, ahora me explico porque son de tantos y tan variados colores, resulta que los pintan a su antojo.
A partir de ese día empezó a cultivar margaritas y les pintaba los pétalos de colores, la verdad quedaban muy kukis. J

Natalia verdejo ramos

2 comentarios:

  1. Natalia, mañana te lo corrijo; que lo acabo de ver ahora a las 23.00, y me muero de sueño.

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno, Natalia. Es un magnífico final, para un texto de gran calidad. Échale una ojeada, ahora que ya le he dado un repaso:

    En uno de mis viajes por Holanda, quedé fascinada por los impresionantes mercados de flores. Lo que más me llamó la atención fue la variedad de tulipanes: los había de múltiples colores.

    Esto provocó mi curiosidad por cómo los cultivaban y, al día siguiente, decidí ir a un campo de cultivo. Al llegar allí, vi mucha gente, todos muy abrigados por la humedad y el frío. Las mujeres iban con pañuelos y sombreros, y los hombres solo con sombrero. En una mano llevaban una tijera; mientras con la otra, recogían la flor, cortándola a ras de suelo para dejar el tallo largo.

    Todos los tulipanes eran blancos; algo extraño, pues en el mercado los había de muchos colores. Observé, además, que los metían en canastos de mimbre y los llevaban a una nave, lo que aumentó mi curiosidad por saber qué había dentro.

    Cuando me disponía a entrar, vi en la puerta un enorme contenedor lleno de botes de temperas vacíos y muchos pinceles de múltiples colores, aunque con pocos pelos.

    Una vez dentro, mi sorpresa fue inmensa: había tanta gente como en el campo; pero estaban ocupados en pintar los pétalos de los tulipanes.

    Entonces me expliqué por qué eran de tantos y tan variados colores: resulta que los decoraban a su antojo.

    A partir de ese día comencé a cultivar margaritas y les pintaba los pétalos de colores.

    La verdad, ¡quedaban muy kukis!

    ResponderEliminar