miércoles, 30 de marzo de 2011

EL NIÑO SIN NOMBRE


Pedro se despierta, y no tiene ni idea de:

-Como se llama.
-Cuantos años tiene.
-Si es un chico.
-Donde está.
-Donde vive.
-Y quien son sus familiares.

Esta en un callejón con nadie más que la oscuridad.
Pedro sale a la avenida de enfrente del callejón. Lo primero que encuentra es un parque, con un abuelo sentado en un banco. Pedro se sienta a su lado e intenta recordar quien es. No haya nada, su pasado esta borroso. Solo recuerda un colegio y sabe donde está.
Pedro se dirige al colegio y de repente se encuentra con unos matones:
-¡Eh que pasa! ¿Has venido para que te peguemos otra vez?
Pedro no contesta y sigue andando.
-¡No seas cobarde!


 A Pedro se le ilumina la cara… ¡ha descubierto su nombre!

Pero solo con su nombre no le vale: tiene que saber más sobre él.
Los matones, al ver que pedro no responde se marchan.

Y al llegar al colegio se encuentra con su hermana:

-        ¡Pedro! ¿Como has vuelto tan pronto de jugar al fútbol?
-        ¿Qué?
-        Si, te has ido hace media hora.
-        ¿Tú eres mi hermana?
-        Pues claro que sí, tontaina.

Ahora nuestro amigo empieza a recordar y se da cuenta de lo que le pasó.

Estaba jugando, y le dieron un pelotazo en la cabeza. Y entonces apareció esa maldita amnesia.

                                 FIN

Elena Heras y Adrián Pérez.







1 comentario:

  1. He pillado un nombre propio con minúscula... Brrr..

    Pedro se despierta, y no tiene ni idea de:

    -Cómo se llama.
    -Cuántos años tiene.
    -Si es un chico.
    -Dónde está.
    -Dónde vive.
    -Y quiénes son sus familiares.

    Está en un callejón con nadie más que la oscuridad.

    Pedro sale a la avenida de enfrente del callejón. Lo primero que encuentra es un parque, con un abuelo sentado en un banco. Pedro se sienta a su lado e intenta recordar quién es. No halla nada, su pasado está borroso. Solo recuerda un colegio y sabe dónde está.
    Pedro se dirige al colegio y de repente se encuentra con unos matones:
    -¡Eh, qué pasa! ¿Has venido para que te peguemos otra vez?
    Pedro no contesta y sigue andando.
    -¡No seas cobarde!


    A Pedro se le ilumina la cara… ¡Ha descubierto su nombre!

    Pero solo con su nombre no le vale: tiene que saber más sobre él.
    Los matones, al ver que Pedro no responde se marchan.

    Y al llegar al colegio se encuentra con su hermana:

    - ¡Pedro! ¿Cómo has vuelto tan pronto de jugar al fútbol?
    - ¿Qué?
    - Sí. Te has ido hace media hora.
    - ¿Tú eres mi hermana?
    - Pues claro que sí, tontaina.

    Ahora nuestro amigo empieza a recordar y se da cuenta de lo que le pasó.

    Estaba jugando, y le dieron un pelotazo en la cabeza. Y entonces apareció esa maldita amnesia.

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