Ayer, Pablo y yo estuvimos recordando nuestras mayores humillaciones, que fueron las siguientes:
a Pablo, le gustaba tocar el piano, hasta que un día, fue a tocar en el mayor teatro del mundo, con los mejores pianistas del mundo en las butacas. Estaba claro que no podía fallar, y no lo hizo, lo único es que fue a hacer la reverencia, se le rompió el pantalón por el trasero. La verdad es que el pobre estuvo en su casa una semana entera.
La mía fue un poco menor la humillación solo que Fernando, el de sexto me humilló diciendo que yo era del Atleti, y todas las de mi clase son del Real Madrid. Me pegaron, y eso que yo soy del Madrid y no del Atleti.
Gonzalo Medina 5º nivel
a Pablo, le gustaba tocar el piano, hasta que un día, fue a tocar en el mayor teatro del mundo, con los mejores pianistas del mundo en las butacas. Estaba claro que no podía fallar, y no lo hizo, lo único es que fue a hacer la reverencia, se le rompió el pantalón por el trasero. La verdad es que el pobre estuvo en su casa una semana entera.
La mía fue un poco menor la humillación solo que Fernando, el de sexto me humilló diciendo que yo era del Atleti, y todas las de mi clase son del Real Madrid. Me pegaron, y eso que yo soy del Madrid y no del Atleti.
Gonzalo Medina 5º nivel
Ayer, Pablo y yo estuvimos recordando nuestras mayores humillaciones:
ResponderEliminarA Pablo le gustaba tocar el piano, hasta que un día fue a tocar en el mayor teatro del mundo, con los mejores pianistas en las butacas. Estaba claro que no podía fallar, y no lo hizo; lo único es cuando fue a hacer la reverencia y se le rompió el pantalón por el trasero. La verdad es que el pobre estuvo en su casa una semana entera.
La mía fue un poco menor: Fernando, el de sexto me humilló diciendo que yo era del Atleti, y todas las de mi clase son del Real Madrid. Me pegaron, y eso que yo soy del Madrid y no del Atleti.